Te doy gracias porque un día te has sentado
a escuchar aquellos versos que pacientes
dibuje en una libreta y ya borrados
solo nos queda la rima entre los dientes.
Te doy gracias porque no juzgaste nunca
el porqué de los porqués de mis razones,
porque no hay cosa más mala que interrumpa
el latido de dos pobres corazones.
Te doy gracias el haberme celebrado
dos estrofas en las cuales te mentía,
por haber disimulado y perdonado
esa dosis de crueldad en mi poesía.
Te doy gracias porque tú nunca supiste
dar la cara ni decirme la verdad,
que de aquello tan fugaz te despediste
sin por un instante mirar hacia atrás.
Te doy gracias hoy, por todo que ayer fuiste
por los besos que un día pude conservar,
por lo malo, por lo bueno, y por lo triste,
por lo que ni el mismo Dios pudo salvar.
Te doy gracias por pretender escucharme,
y aunque no haya sido a mi...por abrazarme,
que el instante aquel en vez de condenarme
al cerrar los ojos decidiste amarme.
Daylin H.
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