Hay que estar loco

No sé si he perdido el sentido,
o he ganado los sentidos de aquellos que lo han perdido.

No sé porque si es enero,
pronostican que es posible que nos caiga un aguacero.

No comprendo el año nuevo
que comienza ya resuelto a no tener resolución,
y que inventa cualquier cosa
para hacer pasar por prosa
a lo único que nos queda
que es la resignación.

Y es que hay que vivir loco
para creer que el futuro pueda en algo optimizar,
y pongo en juego mi nombre
aliada a la realidad,
que lo que no sabe el hombre
se esconde en la oscuridad.

Hay que vivir desquiciado
para poder existir en un mundo tan mundano,
y aceptar lo equivocado
de semejantes fulanos,
algunos se llaman sabios
otros, se llaman cristianos.

Pero existe un equilibrio
en un remoto planeta que se llama corazón,
y resido en el delirio
de mi mundo sin buzón,
donde se escriben las cartas
a los locos que se empeñan
en buscarle a la locura una razón.

Daylin H.

Susana

Como una princesa de un cuento dorado
te subes al carruaje que te llevara a algún lado,
y quizás te espere, todo inesperado
y veras que los príncipes no están de azul pintados.

Y junto con la brisa corre tras los sueños
con zapatillas nuevas vuela con el viento,
hacia los países que no tienen dueños
a instalar política de sentimiento.

Sin saber que espera al doblar la esquina,
sin pensar en tiempo ni velocidad
va a darle la cara a toda una vida
que la espera lista para navegar.

Y es como las niñas, que cuando respiran
con solo un suspiro detienen el tiempo
de las manecillas que marcan y giran
los ingratos relojes de un universo.

Duerme, que mañana no se te haga tarde
y que puedas luego venir a contarme,
que no se ha perdido en tanto futuro
ni tu zapatilla, ni tu carruaje.

Y sigue soñando con ojos abiertos
que sea el destino destinado a ser,
lo que quiera Dios, y en vez de un desierto
que un mar de virtudes inunden tu ser.

Que sea lo que sea, y venga como venga
haz de hoy el mañana, y de ayer el ayer
y si un día descubres que la vida es dura
ya tendrás la fuerza para comprender.

Venga lo que venga mañana,
hoy te pertenece, Susana.

Daylin H.

Huele a ti

Huele a ti,
al dolor inmenso que hay en tu ausencia
a la imagen que tengo en recuerdos de tu presencia
huele a lo posible de mi fe
y a las ganas de tener lo
que niega mi conciencia.

Huele a ti,
al cuello de tu camisa gris
al aliento que respiras cuando quieres sonreir
a los sueños qus suspiras, cuando digo: "eres mi vida"
y al rocio de aquellas gotas que te di.

Huele a ti,
al olvido que me propongo conquistar,
al amor que me propongo no negar
y aunque caigo ya vencida,
al olor de tu partida
no hay manera que te pueda yo olvidar
ni dejar de amar.

Daylin H.