Señor, quiero un encuentro contigo,
como Padre fiel, y amigo.
Quiero que pongas en mí el deseo de alabarte
quiero que hagas de mi tu testigo.
Ayúdame a aceptar los misterios de la fe,
facilítame confiar en aquello que no se ve,
dame fuerzas para andar el camino hacia tu cielo
sabiduría para aprender lo que no sé.
Yo quiero vivir postrada completamente a tus pies,
yo te pido con urgencia que tu presencia me des
sea tu voluntad ahora y por siempre mi existir
dame lo que quieras hoy, lo demás que sea después.
Quiero yo rozar mis dedos por el borde de tu manto
saber que sin ti no puedo, que te necesito tanto
quiero despertar un día y saber que no soy yo
sino tu espíritu guía que borra mis quebrantos.
Te ruego ahora; tu prometiste al que pide aliento sin demora,
te pido entres, aquí en mi corazón, aquí en mi mente.
Dame un sentido impermeable a la influencia de la gente
haz mi alma indivisible, y mi fe mas permanente.
Señor, quiero un encuentro contigo
no quiero ser la cizaña, hazme el trigo,
no quiero ser quien engaña, hazme amigo,
Señor, dame un encuentro contigo.
Permíteme darte el tiempo, te lo pido
que el mundo entre paredes ya no luzca tan perdido,
que exista una esperanza para continuar luchando
que se vallan las razones para continuar pecando.
Que yo sea la luz, la sal, como tu quieras,
que no sea en vano la cruz, y antes que muera,
permíteme mi Jesús, mi vida entera,
colocarla ante tu altar, tal como sea.
...
Señor, quiero un encuentro contigo;
dame un encuentro; de veras.
Daylin H.
