Como un
cuchillo sin filo,
que
lentamente te corta los músculos;
así es
el sufrimiento.
Ahogado
en un te de tilo,
donde
flotan cristales minúsculos,
y
naufragas lento.
Le he
pedido mucho al cielo
que me
deje ver llegar
el
momento en que respires.
Y es que
tengo un solo anhelo,
que
ceses de sollozar
cuando
a los ojos me mires.
El don
de disimular
para
disfrazarte el mundo
no lo
logro dominar.
Perdóname
por fallar,
me
absorbe un vacío profundo
de no
poderte ayudar.
Yo, que
sembraba futuros
como
quien riega la arena
sobre
la orilla del mar.
Hoy, no
estamos ya tan seguros
de que
valiera la pena
tanto soñar,
tanto amar.
He
plantado sentimientos
con una
sola esperanza
de ver
crecer tu sonrisa.
Y he
cosechado lamentos
al ver
que mis añoranzas
vuelan
al sur con la brisa.
Ya no
nos une un ombligo
y se
despinta el barniz,
solo me
queda ser franca,
ya ni
en sueños consigo
planear
un final feliz
ni
cultivar la flor blanca.
Me
clavas en la mirada
las
preguntas sin respuestas
y una
fuerza desmedida.
Si supieras
que sin nada
por ti
yo estaría dispuesta
a
entregar hasta la vida.
Daylin H.