11.11.12

Recuerdos de mi infancia y de mi Cuba



Escribo estos recuerdos en mi intento de calmar un poco el acelerado paso que lleva el tiempo. Cada vez siento que recuerdo menos y con menos exactitud. De esta forma quedan algunas vivencias que voy recordando y que de una forma u otra marcan una época importante de mi vida. Todas ocurrieron antes de mis 10 años de edad.  Cosas que viví en todas partes de Cuba, porque nos mudábamos constantemente…y algunas pocas que viví en República Dominicana.  Mi Cuba, aunque sufrí sin razón algunas consecuencias de ese régimen que la ata, fui feliz. Porque Cuba para mi es mas que el que la posee y la llena de basura, Cuba es el agua de sal, la arena blanca, un zun zun, la palma real, la piel tostada, un negro como el carbón con ojos azules como el cielo, un gorrión, un carretón de bueyes, un espacio que baila en mi mente  y le da a mi corazón el ritmo que necesita para seguir viviendo. A pesar de haber salido muy pequeña, fue el lienzo donde se pintaron los colores mas vivos y mas importantes de toda mi vida.


 Recuerdos de mi infancia y de mi Cuba
  • El gallo de Morón, la laguna de la leche
  • Juragua y sus muchas piedras.
  • Un taxi de los cincuenta con asientos de vinil.
  • Un lada.
  • La libreta de abastecimiento.
  • La libreta escolar con el dibujo de dos niñitos al frente.
  • El uniforme con la pañoleta azul.
  • La guagüita de los pioneros con los muñecos feos esos pintados.
  • Tomar agua de la pila en la hora del receso.
  • Comparar los lápices en pre escolar a ver quien tenía el más grande.
  • Afilar la punta del lápiz con una cuchilla de afeitar de mi papa.
  • Papi afeitándose con cuchilla de mariposa y una brocha con mango de madera.
  • Jugar con las vainas de un framboyán.
  • Los caramelos de menta más duros que el rayo de la bodega.
  • Los  carnavales de Santiago, los muñecones de papel y las comparsas.
  • Los mangos del caney, la loma del bonete.
  • La hamaca en el portal de la casa de mi abuelo.
  • Las uñas y la elegancia de mi abuela Natalia.
  • Peinarle el pelo gris a Abuela Fefa que le llegaba hasta las nalgas, y luego ver como se lo recogía en su clásico moño con redecilla.
  • Abuela Josefa recitando: “Señor, yo quiero ser como tu fuiste”
  • Mi abuelo Paco cantando “En el tronco del árbol una niña” o llorando con alguna poesía.
  • Tía Xiomara recordándome que los asientos son para poner las nalgas no las rodillas.
  • Las colección de muñecas de mi prima Xiomarita.
  • Mi prima Arlines con sus trenzas.
  • Mi primo Davisito amenazando con empujarnos del portal para abajo.
  • El buro de papi con un cristal encima y todas nuestras fotos debajo. Su maquina de escribir underwood siempre en el buro.
  • Mi madre hablándome del sexo por primera vez con un libro de biología con transparencias.
  • Mi papa bautizándome, tuve que pararme en unos bloques porque me cubría el agua.
  • La maestra Genara de prescolar echándole agua fría a en el cuello a los niños que se dormían para despertarlos.
  • El niño que en tercer grado me robo el primer beso que nunca pude recuperar. Nunca supe su nombre, siempre le dijimos “el nuevo” porque había llegado a la escuela a mitad de curso.
  • Un rubiecito que venia a visitarme a veces y por el cual mi madre me decía que tendiera mi cama…no se porque si el no entraba a mi cuarto.
  • Escribirle cartas a un amor imaginario, soldado en la guerra; ponerlas en un sobre y lanzarlas por las rendijas de la pared de madera.
  • La pintura china en la sala de la casa
  • Las muñequitas rusas que se abrían a la mitad y había un montón mas adentro.
  • MI tío papi diciéndome que si no tomaba cerveza (a los 7 años) me iba a crecer la cabeza desmesuradamente.
  • El muñeco pepe, un muñeco ruso del círculo infantil de goma bien dura. Calvo, y con pipi; muy real. Súper rígido pero era mi favorito y lo tuve que dejar atrás porque Pepe era revolucionario y yo una traidora a la patria que se iba para volver solo en recuerdos. No hay niñez de Daylin, sin Pepe. Donde quiera que fuera todos me preguntaran por qué siempre iba conmigo.
  • Los balances de madera y mimbre de la sala hechos por un miembro de la iglesia
  • Mis odiosas clases de piano
  • Mi tortuga tinita
  • La paloma que murió ahogada porque mi hermano trato de “bañarla”
  • El ver la calabacita en la casa del vecino por el muro de la casa.
  • Chupar las puntitas de las sabanas secándose al sol.
  • El trillar los frijoles con mama porque tenían más piedras que frijoles…y dejar que los pajaritos se comieran los frijoles y el arroz.
  • El negrito  fresco e insolente que me levantaba la falda todas las mañanas al montarme a la guagua en la escuela y decía, a los 8 años de edad, que yo seria la madre de sus hijos. Por el cual fui suspendida por primera y única vez en mi vida por la entrada a piñazos que le di. Claro Daylin la violenta Sra. Directora, pero no le hicieron nada al chiquito que se me aparecía hasta en la sopa.
  • Mi Nana Nenita que me dormía hasta después de ser una manganzona de 6 o siete años a la cual no vi mas pero quiero ir al cielo para abrazarla y decirle gracias.
  • Las noches en el hotel Riviera…mi primer encuentro con el aire acondicionado. Fue amor a primera brisa.
  • El quedar castigada cuando los pioneros salían en su guagüita de pacotilla a las excursiones; porque yo (que desde chiquita he sido un poquitín intolerante a algunas cosas) rehusé ser pionera y decir que no me interesaba ser ni como el Che ni comunista. Entonces de castigo me sentaban en la oficina de la dirección mientras los otros se divertían en sus paseos. Increíble castigar a una niña por expresarse.
  • Amanecer en el banco duro de la iglesia en las vigilias.
  • Despertar, salir, y ver los litros de leche del lechero frente a la puerta…que eran contrabando porque yo ya no calificaba para leche. La leche en Cuba es (o era en ese entonces) para los bebes hasta 2 años.
  • Comerme las cucharadas de leche en polvo a escondidas
  • Empinarme de los huequitos que abría mami a la lata de la leche condensada. Soplas por uno y luego, chupas por el otro.
  • Recordar que mami quería ponerle Caín a mi hermano. ¡Vamos vieja! ¡Caín al hijo de un pastor! Imposible, se va a llamar como su padre. ..Humberto. Pobre mami se quedo con las ganas de Caín.
  • Ver las incontables estrellas de mar en Punta Colorada.
  • Los pollitos pintados de diferentes colores…pobres pollos.
  • Mis clases de ingles en casa de una vecina en Santiago de los Caballeros.
  • Los mamoncillos.
  • Las atracadas de mango debajo de la mata.