Hoy salí...
a comerme la vida en tacones de aguja
a vivir sin el velo de metal,
a morir si la causa es celestial,
dispuesta a lograr no llorar si el corazón se me estruja.
Regresé...
con los calcañales rotos, pies desnudos,
con el alma endeudada,
las pestañas gastadas,
y sin mas ni mas palabras; labios mudos.
Daylín H.